Las Fragas do Eume fueron declaradas Parque Natural en el año 1997. Se trata de un de los Bosques Atlánticos de Ribeira mejor conservados de Europa. El río Eume, que nace en la Sierra de Xistral y besa al mar en Pontedeume, tiene unos cien kilómetros de longitud, y labró en su curso final un profundo cañón alrededor del cual se mantienen aún vivas los bosques a las que les de la nombre el río. 

La espesura de este manto vegetal, transforma el paisaje en las diferentes estaciones del año con una variedad de colores que son un regalo para los sentidos. Robles y castaños, acompañados de abedules, sauces, avellanos, acebos, laureles o árboles de tejo, conforman estos bosques mágicos además de una amplia colección de musgos y helechos de la Era Terciaria que son una de las joyas de nuestras bosques. Es fácil también encontrar cualquier especie de la fauna salvaje autóctona, legítimos habitantes de este espacio singular.

Innumerables caminos y senderos se esconden entre estos densos bosques, discurriendo, en su mayoría, por la orilla o en las cercanías del río. El Camino de la Ventureira, el Paso da Vella, las cumbres de Sanguiñedo o de Pena Fesa (ciclable) entre otros, conforman una extensa y variada oferta, que en temporada de otoño, se ve salpicada de gran variedades de setas.

Alrededor del río Eume existen diferentes empresas dedicadas a organizar numerosas actividades por la orilla del río y rutas en kayak que transcurren por las zonas más hermosas de los bosques. Desde el Monasterio de Caaveiro hasta el Monasterio de Monfero, pasando por la Torre de Andrade, la zona posee un montón de tesoros históricos y museos dedicados a la cultura autóctona y tradicional, así como distintos yacimientos arqueológicos.

Reliquias de la construcción civil como molinos o puentes centenarios comparten paisaje con restos religiosos y feudales.